miércoles, 16 de noviembre de 2011

Jugando con Opio

-Se nota que esta plagiando a Chaparro.
-Si, ojala no se ponga de estúpido a publicar eso…
-Idiotas, es solo un ejercicio… y de paso una carta para ella.






No, no necesito dormir solo necesito de tus babitas, de tus babitas calladas por toda mi cara, de tu pelo enredándose en mis dientes, de tus téticas caídas debajo de mi diafragma, de tu espalda ancha y pequeña que más parece un oso Teddy de huesos negros, de tu olor a perritos sarnosos a encierro a colegio a soledad a libros olvidados y mohosos. Solo quiero escribir, escribirte poemas rotos, sueños inconclusos, plagios cortos y rápidos como cuando cortas tiras de papel celofán, cuentos de palomas metálicas y países colosales y señores franceses que huelen mucho y que vomitan conejitos, conejitos que luego se ponen a tirar como locos y lo destruyen todo y luego llegan a una biblioteca gigante y todo mundo se pierde por que es una figura infinita y geométrica y el bibliotecario está ciego y no le gusta el futbol y son todos famosos famosísimos y yo estoy acá en mi casa haciendo ni mierda botando mi tiempo y pensando en tu pelo salvaje y en tu estatura mientras escucho como un tipo canta que es un tren loco y que algo después de la lluvia y que va y que el tren loco y suenan las guitarras y a mí se me antoja un viaje al mejor estilo de nuestros libros y me dan ganas de llenar mi aire un papel lleno de hojitas felices que me dicen bienvenido vamos a flotar juntos, pero no hay plata y entonces me quedo con las ganas de viajar, me quedo con las ganas de tenerte cerquita y de decirte cosas bobas al oído, pasito, como que te extraño y todas esas maricaditas que se dicen los novios y verte los ojos para que me digas cosas con esos ojitos grandes y tristes como el sol de las cuatro de la tarde. Y tú siempre tan calladita, como esos potreros abandonados detrás de mi casa donde las ranas croan cuando hay luna llena y me das miedo porque no sé lo que piensas, porque hay una especie de niebla de humo verde que me cofunde y  me deja gringo y entonces empiezo a mirar dentro de mi nuez y todo es un complique y una paranoia absoluta y siento que se va a reventar y que es inminente como  las bombas de los niños en las fiestas de cumpleaños, asustadas de que en cualquier momento esas manitas llenas de ponqué y mocos las revienten y las maten y queden solo pedacitos de caucho retorcido y babeado que va directico a la basura. Pues así esta mi cabecita, bien paranoica, y las pelotas amarillas que me regalan me dan un poco de distracción pero no me claman mucho, entonces me pongo a leer un poco esos buenos libros que en realidad no son más que ceros y unos organizados de una manera infernal y me pongo a pensar en ti y en si tengo cachos de toro o de ciervo o si realmente me quieres de esta manera tan babosa y melosa y estúpida con la que te quiero y entonces siento como que detonan dinamita en mi pecho y buuum tengo un hueco de diez por diez donde quedaban los pulmones y te quiero meter ahí, o meter cualquier cosa, pero tú no entras porque necesito metáforas complicadas y mariposas haciendo metástasis en una piedra o en un papel para poder meterlas en mi pecho y llenar el hueco que dejan mis sustos.