jueves, 20 de noviembre de 2014

Observación silente

Mientras observo tu bemba colgante,
mujer de gelatina sin sabor,
temblar al son de un jazz entrecortado
dibujo con mi mente
la trayectoria de tus ojos desorbitados
que observan apasionados
TODO LO QUE YO NO PUEDO SER.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Pequeño poema frustrante

Tengo sueños recurrentes
obsesiones que no han muerto
una herida que aun arde
y un feo gusano ciego
mil canciones sin sentido
y la insoportable certeza de saber
que te la están metiendo
todos los días
de once a una.  

lunes, 3 de noviembre de 2014

Apuntes II

Soy un pobre diablo sin nada para ofrecer. Mi vida es tan aburrida que inclusive me aburro conmigo mismo. No tengo dinero ni carisma. Vivo a expensas de mi madre, no tengo energía para emanciparme y cuando estoy solo no hago nada interesante. Disfruto de cosas tan triviales que difícilmente pueden generar empatía y mucho menos emoción: ver cómo crecen las plantas, salir a montar bicicleta despacio, mirar las nubes, fumar marihuana y dejar que la inconsciencia conduzca la mente. Dibujar mamarrachos al margen de las hojas de papel, o escuchar música extrañamente calmada o parcialmente enérgica.


No puedo dar nada. Nada de seguridad a futuro, porque mi vida es una ruta sin planes; nada de emoción a presente, porque mi vida es un auto sin motor. No hay nada en mi existencia que pueda suscitar la más pequeña chispa de pasión, sensualidad o cariño. Soy gracioso al instante porque es la única forma de blindarme contra las personas: sé que lo están pasando bien, que no se van a aburrir, pero no estoy estableciendo ninguna relación profunda con ellas. Es la distante cercanía del payaso, la ilusión de empatía, un acto de divertido escapismo.